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Incontinencia urinaria de la mujer
Se define como “la perdida involuntaria de orina sin poder ser capaz de evitarlo”.
Existen tres tipos de incontinencia de orina:
La perdida involuntaria de orina, es un problema que afecta a un 25% de las mujeres entre 30 y 60 años. En mujeres de mas edad próximas a los 80 años esta aumenta hasta el 43%.
La incontinencia urinaria, puede producir efectos importantes en la salud y en la calidad de vida de las pacientes que la sufren, ya que provoca un problema de tipo higiénico y con repercusiones personales y sociales, junto al volumen de orina perdido y la aparición en situaciones de la vida diaria, con la necesidad de usar protectores o compresas, que hacen que la incontinencia, tenga un impacto en la esfera psicológica y relacional de la mujer.
Esta influida por diversos factores:
Estos factores, actúan deteriorándose el suelo pélvico por perdida del tono, de los músculos que los forman, como consecuencia de la degeneración del tejido colágeno.
Como consecuencia de la falta de tono y de la relajación muscular del suelo pélvico, en algunas ocasiones se produce un desprendimiento de los órganos que se encuentran alojados en la pelvis, como son la vejiga, el recto o el útero dando lugar a los prolapsos.
El Prolapso esta favorecido por el tipo de parto, si este fue normal o fue necesario el uso de fórceps, ventosa, episiotomía, etc, y por el numero de ellos, ya que las mujeres con mas numero de embarazos y partos son mas propensas al prolapso.
Se calcula que la incidencia de prolapso es del 9-10 % en mujeres de entre 40 y 50 años y el cistocele que es el descenso de la vejiga a través de la vagina es del 22-23%.
Ambas problemas tanto el prolapso como el cistocele, favorecen la perdida de orina.
Se le hará una valoración clínica adecuada, con una buena historia clínica, exploración adecuada y especializada, en algunos casos hay que hace un estudio urodinámico para aclarar el tipo de incontinencia.
Una vez diagnosticado el tipo de incontinencia, se le podrá dar el tratamiento adecuado a cada caso.
En el caso de los prolapsos, se suelen usar técnicas quirúrgicas para reponer en su sitio las vísceras caídas, generalmente se usan mallas que hacen de soporte a la mismas.
Se pueden usar medicamentos, que relajan la musculatura de la vejiga, evitando la contracción no inhibida de la misma y por tanto la fuga de orina y se deben de usar de forma continuada.
Los medicamentos mas habituales son:
Cuando el problema es GRAVE O NO HAY BUENA RESPUESTA, con los tratamientos anteriores, se puede usar un tratamiento de Toxina Botulínica inyectada por vía endoscópica en la vejiga a través de la uretra y que puede tener buenos resultados.
Se pueden usar técnicas quirúrgicas pasando a través de la cara anterior de la vagina un cinta (TOT), que refuerza la uretra y aumenta la resistencia de la misma a que se abra con los esfuerzos físicos impidiendo el escape de orina.